domingo, 16 de diciembre de 2012

De generación en generación: Pestiños



Hace unas semanas nos reunimos las tres generaciones (abuela, madre e hija) para preparar los primeros pestiños.  En aquella ocasión no tome fotografía del resultado de reunirnos en la cocina para preparar este dulce navideño típico en casa. Así que este fin de semana, nos volvimos a reunir para hacer la segunda tanda. Esta es la que es para nosotros, la primera la solemos repartir entre llevar al trabajo, la familia….
Es una receta que ha transcurrido de generación en generación. Cada maestrillo tiene su librillo y hay infinidad de recetas de pestiños: con naranja, con canela, con bolitas de anís, sin anís, más grandes, más pequeños… Yo voy a compartir con vosotros la que seguimos en la familia. Eso sí, a ver si tenéis algún truco para que la miel quede en los pestiños y no se vaya al fondo, porque cada año modificamos la técnica de melar los pestiños, pero el resultado al fin y al cabo suele ser que la miel se va al fondo del recipiente donde los guardemos.
Os dejo con la receta, eso sí, receta tradicional nada de herramientas para el amasado jejejej, las manitas, que es con lo que al fin y al cabo siempre se ha trabajado:
Ingredientes:
*No os puedo dar cantidades exactas de algunos ingredientes porque es lo que adamita la masa.
·         Aproximadamente 1 y ½ kg de harina*.
·         ½ L de aceite de oliva.
·         La cáscara de una naranja.
·         ¼ l de vino blanco seco.
·         Sésamo o ajonjolí.
·         Infusión de: clavo, laurel, anís o matalahúva y una pizca de sal.
·         Aceite para freír.
·         1kg de miel rebajada con unas gotitas de agua*
Elaboración:
-          Infusionar los clavos (4-6), laurel (3-5 hojas), anís (como una cucharada) y una pizca de sal en un cazo con agua. No os puedo indicar la cantidad.
-          Poner a calentar el ½ l de aceite y cuando se caliente echar la cáscara de naranja hasta que se empiece a poner negra, que será el momento de retirar. Con este aceite escaldaremos la harina.
-          Escaldar la harina que estará mezclada con el ajonjolí (cuidado que el aceite está muy caliente y podemos quemarnos) y con ayuda de una espumadera mezclamos.
-          Vamos añadiendo el agua, a ojo, viendo la que más o menos creemos que necesita (viene a ser algo menos de un vaso).
-          Mezclamos e incorporamos el vino. Seguimos mezclando con la espumadera hasta que más o menos tenemos una masa homogénea y es el turno de “sobar la masa”. Con las manos la trabajamos hasta que veamos que se despega bien del recipiente donde estemos trabajando y de las manos.
-          Una vez tengamos la masa, ponemos a calentar abundante aceite y para quitar un poco de saber del aceite volvemos a echar cuando esté caliente y hasta que se vaya poniendo negra otra cáscara de naranja.
-          Vamos cogiendo porciones de la masa más o menos que nos quepan en la palma de la mano cuando la cerramos y con ayuda de un rallador la extendemos un poco a lo largo y doblamos en diagonal, procurando que la parte central quede más fina que los extremos. El usar el rallador es para que haga un dibujo sobre la masa.  También se puede utilizar algún bol que tenga relieve, etc…
-          Vamos friendo los pestiños y escurriendo. Para escurrir bastará con en un bol colocar un plato hondo boca abajo e ir dejándolos ahí para que escurran.
-          Para melar, preparamos la miel echándola en un cazo con unas gotas de agua y calentamos sin que llegue a hervir. 
-          Vamos echando los pestiños y colocando en el recipiente donde los vayamos a reservar.

Perdonad la calidad de la foto, está hecha con el móvil. Espero que disfrutéis de la receta y comentéis qué ingredientes usáis vosotros, como lo hacéis, si es tradición en vuestras familias, si tenéis truquitos para miel (esto me interesa mucho porque es el dilema e inconveniente de nuestros pestiños, que no conseguimos que la miel se quede pegada, se baja)…



¡La próxima entrada será a lo largo de esta semana, os gustará!

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